Pediatría Miércoles 09 de Enero

Accidentes domésticos: primera causa de muerte en menores de 5 años

Dr Rafael Lopez Azcurra – Sanatorio de Niños – Grupo Oroño

La principal causa de los accidentes domésticos es que las casas están pensadas sólo para adultos

¿Cuál es el lugar más seguro para un chico? Cualquiera diría que el hogar. Sin embargo, según datos de la Sociedad Argentina de Pediatría, cerca del 70% de las lesiones en niños menores de 5 años ocurre en la casa.

A menudo nos asustamos frente a muchas (e infrecuentes) enfermedades. Nos asusta la meningitis y no dudamos en salir corriendo a comprar una vacuna; nos asusta la gripe A, el dengue, la bronquiolitis y no vacilamos en ir rápido al médico ante el más mínimo síntoma. Y no está mal. Sin embargo, desconocemos el principal flagelo de nuestros pequeños: los accidentes en el hogar. Los accidentes domésticos son la primera causa de muerte en menores de 5 años. Y si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de los eventos eran posible prevenirse, entonces no deberiamos llamarlos accidentes.

Encuestamos a más de un centenar de padres con opciones multiple choice y solo un 5% marco al accidente domestico como principal causa de mortalidad infantil, lo que habla a las claras del desconocimiento que tenemos acerca del tema.

La principal causa de los accidentes domésticos es que las casas están pensadas sólo para adultos. La seguridad de la vivienda es un factor que no se tiene en cuenta al elegir una casa para alquilar o comprar. Queda desplazada por la estética y los precios. Por eso es esencial que si tenemos niños introduzcamos en forma inmediata las reformas necesarias para hacer del hogar un lugar seguro.

Los más chicos tienen noción del peligro después de los cinco años. Recién entonces comprenden que esos “caramelitos” en la mesita de luz del abuelo no son golosinas, sino medicacion cuya ingesta puede generarle severas consecuencias. Mientras carecen de esa noción, dependen de los adultos para no accidentarse

Se sugiere que un adulto responsable en forma permanente esté observando y resguardando la seguridad de los niños en el hogar. No se puede delegar esta responsabilidad en menores o ancianos, pues de producirse algún accidente las consecuencias afectarán a ambas partes en forma de una devastadora sensación de culpabilidad.

Recordemos que la palabra “accidente” implica un hecho fortuito, imprevisible que aparece en forma súbita y que causa daño a personas o cosas, pero como dijimos la enorme cantidad de eventos que causan daños a nuestros niños son eventos prevenibles. Y si se puede prevenir no es accidente.

Caídas, intoxicaciones, quemaduras, electrocución, ahogamientos, constituyen la diaria crónica de nuestras guardias de emergencias pediátricas, generando gran pena en el equipo de salud que ve cómo hechos que hubieran podido evitarse provocan daños a veces irreparables en el niño y todo su nucleo familiar.

La enorme curiosidad de los niños los lleva a convertirse en pequeños exploradores y cada habitación de la casa puede contener algún elemento peligroso para ellos, incluso aquellos que nos puedan parecer inofensivos. El niño intentará llegar, abrir o descubrir lo que se ha propuesto… ¡Jamás subestimar el ingenio y la fuerza de un bebé o niño pequeño! Aunque parezca que es imposible ellos siempre sorprenden-

Los accidentes según cada edad

En lactantes los accidentes más frecuentes son las caídas, las quemaduras y las asfixias. Las caídas se producen en general desde brazos de sus padres o hermanos o desde camas, cochecitos, cambiadores; por ello el bebé no debe ser alzado por menores ni dejado solo en la cama o cambiador. Las quemaduras más comunes las vemos por estar en brazos de su madre mientras cocina, bebe infusiones o toma mate. Las asfixias por cuerpo extraño se producen al llevarse objetos a la boca (mientras el niño dejo de ser supervisado por un adulto) dada la etapa del niño en que explora todo a través de su boca.

Los preescolares caminan e investigan absolutamente todo, están en su etapa de descubrir y tocar todo y es en este periodo que aparecen las asfixias por inmersión, las quemaduras por contacto con hornos, estufas o liquidos calientes, las intoxicaciones y las electrocuciones.

Las asfixias por inmersión son eventos dolorosos que no falta prácticamente en ninguna temporada de verano. Son situaciones de tristeza para todos. Las estadísticas son contundentes al establecer que el 85% de los casos fatales de ahogamientos se producen en presencia de los padres. Muchas personas y la creencia de que alguien está controlando son una combinación fatídica. Un niño y una piscina implica una “marca personal” del niño por parte de un adulto durante toda la jornada de pileta, tarea que se recomienda sea establecida a priori. Y recordar que el cerco perimetral de las piscinas dan “tiempo”, no seguridad y que un niño pequeño puede ahogarse en un simple fuenton con 10cm de agua.

Las quemaduras son la otra fuente de angustia y dolor en nuestras guardias. El sencillo acto de cocinar en las hornallas de atrás ya reduce el índice de quemaduras en nuestros niños, que no deben estar en la cocina, nada tienen que hacer en ese lugar. El niño no debe manipular fuego, y mucho menos pirotecnia (casos de quemaduras por las llamadas “estrellitas” es de todos los años).

La intoxicación siempre supone una doble negligencia del adulto. Por un lado, debido a los medicamentos, toxicos, venenos que están al alcance del niño, y por otro lado, por la falta de vigilancia al momento de ingerir el toxico. Todavia seguimos viendo ingesta de hidrocarburos puestos en envases plasticos de gaseosas, y lo que es peor y gravísimo: ingesta de corrosivos como soda caustica o acido muriático. Estos dos últimos jamás deben guardarse en un hogar, se los usa y lo que sobra se tira.

Una vez que los bebés caminan (más o menos alrededor del año), las habitaciones más peligrosas son, en este orden: cocina,baño, sala de estar y dormitorios.

No es necesario convertir nuestra casa en una fortaleza antiniños. Solo basta con prestar mucha atención al juego del niño y su ambiente e implementar medidas simples como conductas seguras al momento de realizar las tareas del hogar, el uso de dispositivos como cierres multiusos para puertas y ventanas, barreras y cercos que impidan el acceso a lugares peligrosos (piletas, balcones, escaleras) protectores para enchufes, fijadores para TV (el aplastamiento por televisores es mas frecuente de lo que parece), disyuntores eléctricos,etc,etc.

Solo si conocemos a nuestro peor enemigo vamos a poder evitarlo. La prevención sigue siendo el pilar de la salud en la infancia.

 


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