Claves de la Motivación del Personal
Dr. Germán Risemberg - Contador Público - Psicólogo - Doctor en Administración Coordinador del Programa de Formación en Liderazgo de INADEE
¿Cómo funciona el deseo en el mundo laboral?
El motor de la motivación es el deseo. Decir deseo es distinto de decir necesidad. Los sujetos humanos contamos con ambos, a diferencia de los animales que sólo disponen de necesidades.
La necesidad tiene un carácter biológico, se relaciona con la supervivencia y puede ser satisfecha.
El deseo, en cambio, es de índole psicológica, lo vinculamos con los anhelos y dejan siempre un resto de insatisfacción.
Imaginen despertarse a las 4 de la madrugada con una sed tremenda. Van a buscar a la heladera ese tercio de botella de gaseosa que habían guardado después de la cena y no lo encuentran. De pronto, observan en el cesto de residuos el envase vacío y, con gran enojo, caen en la cuenta de que alguien más se despertó antes y también sintiéndose sediento optó por consumirlo. La pregunta es entonces: ¿Por qué ese "gran enojo" si basta con beber uno o dos vasos de agua para incorporar el líquido que la necesidad de sed reclama?
Es que el deseo remite a ese insistente inconforme que llevamos dentro. Si el deseo fuera una división se parecería más a un "4/3" que, por ejemplo, a un "2/1". En este último caso, el cociente cierra en cero, en el primero va a quedar por siempre un resto imposible de erradicar. Pasa que el deseo nunca se da por satisfecho ya que lo hallado jamás coincide con lo esperado.
Se da así una lógica de:
a) Búsqueda
b) Fascinación
c) Decepción
Y recursivamente
a) Nueva búsqueda, la cual vuelve a dar por iniciado el circuito.
Búsqueda de aquello que me falta y me atrae. Fascinación como estado de inmenso bienestar cuando lo alcanzo. Pero, tarde o temprano, Decepción en relación a lo obtenido, lo cual dispara una Nueva Búsqueda dirigida hacia otra cosa.
¿Cómo se da el proceso descripto dentro del mundo laboral y de la problemática específica de la motivación del personal?
a) Búsqueda de un trabajo cuando se carece del mismo
b) Fascinación al obtenerlo, con la consiguiente ilusión de completud
c) Decepción respecto de aquello que supusimos podría colmarnos y
a) Nueva Búsqueda, la cual esta vez puede ir detrás de un premio monetario, de un aumento de sueldo, de un ascenso jerárquico, o de un traslado hacia un sector de mayor relevancia, etc.
Todo lo hasta aquí planteado adquiere suma utilidad para quienes ocupan el rol de conductores de personal, ya que pone de manifiesto las grandes inconveniencias que sobrevienen cuando se pierde de vista la posición en que se ubica cada colaborador dentro del esquema precedente.
Éste se encontrará motivado en la primera fase, deleitado en la segunda, desganado en la tercera.
La llave del asunto radica en mantener un estado de alerta que permita detectar a través de signos, a veces evidentes, a veces más sutiles, el momento en que un integrante del equipo de trabajo sale de la zona de Fascinación y comienza a direccionarse hacia el área de Decepción. Allí es donde resulta imperiosa una intervención eficaz, la cual puede consistir en entablar un diálogo con la persona en cuestión en aras de construir un nuevo objetivo motivador que la reubique otra vez en la fecunda etapa de Búsqueda.
Como vemos, la actitud de prevención, que resulta tan necesaria en campos de lo más variados, también es requerida en el ámbito del mundo laboral y la motivación del personal.
Sr./Sra. Empresario/a: ¿se ha percatado de la existencia de alguna señal amarilla en el semáforo motivacional de su Empresa?