Las ventajas de la empresa de familia
Dra. CP Alicia S. Nebbia - Consultora Organizacional
La conformación de los los valores familiares dentro de la empresa
Por lo general, las empresas familiares reciben muchas críticas desde el entorno profesional, debido a su conocida superposición del espacio familia-subjetivo con el espacio empresarial-objetivo.
En esta oportunidad vamos a tratar de analizar algunas de sus ventajas para brindarle al lector la oportunidad de ver su aspecto positivo, sobre todo desde el tamaño de las Pymes.
Estas empresas poseen un alto potencial de adaptación y flexibilidad, condición necesaria dado el alto grado de incertidumbre que reina en el contexto y de la gran cantidad de factores que influyen sobre estas organizaciones: políticos, económicos, sociales, climáticos, educativos, humanos, tecnológicos y otros que, instalando en el mundo el fenómeno de la globalización, actúan todos juntos y al mismo tiempo.
El empresario PYME tiene que soportar una serie de presiones que se multiplican día a día provenientes del mercado interno y externo, del tipo de cambio, de la tasa de interés, del acceso a las líneas de financiamiento, de la cultura del trabajo, los cambios sociales y gremiales que determinan la actitud y aptitud del personal contratado y a contratar, los impactos provocados por sequía, inundaciones, incendios, polución y otros provenientes del medio ambiente que inciden directamente en la producción y/o comercialización de las distintas actividades económicas.
Competir desde el equilibrio emocional y mental es sano.
Esta capacidad de adaptación se logra adquirir y mantener cuando el individuo cuenta con una buena red de relaciones interpersonales que lo contienen y le permiten compartir y amortiguar la presión que recibe a diario. Si a esta red de relaciones interpersonales se suman buenas relaciones familiares, basadas en el afecto, el respeto, los valores y los deseos de crear juntos, para crecer y desarrollarse, el empresario suma fortalezas de carácter moral y emocional que le permiten sostener una mejor calidad de vida laboral y personal que termina influyendo positivamente en la familia y, desde la familia, a la empresa de familia.
En este tipo de clima positivo para emprender y hacer crecer a la empresa se apoya también la capacidad de desarrollar negocios innovadores que se convierten en una buena estrategia de diferenciación que termina aumentando sus ventajas competitivas. Competir desde el equilibrio emocional y mental es sano. Competir por el solo hecho de rivalizar y de cubrir vacíos afectivos y familiares es el pasaporte a la generación de enfermedades tanto físicas como mentales.
El competidor desmedido y sin límites, que solo encuentra satisfacción en rivalizar con los demás para generar espacios de poder y acumular dinero a cualquier precio, es un peligro social. Seguramente la base de su desequilibrio es también psicológica y emocional, no solo en su vida laboral, sino en su vida personal.
Los valores humanos en la empresa
El reconocimiento de los aspectos humanos en una pyme familiar proviene de una sólida educación inserta en una mirada humanista que comienza en la familia y se proyecta en todos los espacios sociales, dónde los individuos se desempeñan, y entre ellos se encuentra la empresa familiar, producto del acto creativo de una familia dónde se insertan todos estos valores.
Los valores de la empresa familiar son incorporados a partir de la configuración de la cultura organizacional en manos de la primera generación fundadora que imprime los mismos valores de la familia a la empresa: honestidad, transparencia, sana competencia, respeto, solidaridad, tolerancia a las diferencias, procesos de crecimiento sanos, sin aceleramientos que dañan estos valores, satisfacción por las realizaciones que aseguran no solo el éxito en los negocios sino el reconocimiento social por el apoyo a la comunidad y a todas las personas que integran la empresa.
Los disvalores también podrán ser trasmitidos a partir de la configuración cultural: ambición desmedida, deseos de integrar un grupo de poder, confrontar utilizando cualquier forma de eliminar al rival, tener como único objetivo ganar dinero y sentirse poderoso ante “el fracaso” y/o “la desaparición” de la competencia. Es muy probable que estos disvalores provengan de la forma de vida que se gesta anteriormente en la familia y que se va transmitiendo de generación en generación.
La sensibilidad social es la antesala de la RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA, como forma de integrarse en la sociedad a la que se adapta esta organización como EMPRESA DE FAMILIA y desde ese lugar se proyectan acciones en beneficio de la comunidad a la que pertenece.
Todos somos parte de este eco-sistema y todos nos necesitamos unos a otros, con valores sociales que nos permiten crecer como humanos en relación a otros humanos que habitan este espacio común a todos, al que debemos cuidar y hacer crecer mejor entre todos.
