Solo el "compromiso integral" podrá sacarnos de la crisis
Dr. Edgardo N. De Vincenzi* Rector Emérito de la Universidad Abierta Interamericana (UAI)
Los Políticos deberían ser los “guardianes” del valor primordial de una sociedad, del bien común de los ciudadanos, a fin de asegurar una adecuada alimentación, calidad en los sistemas de salud y educación, y en garantizar trabajo y hábitat dignos.
El domingo 12 de septiembre se llevaron adelante las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorios (PASO) que fueron muy especiales por realizarse en plena pandemia de coronavirus.
Según los datos de la Cámara Nacional Electoral, en las mismas votó el 67% del padrón electoral del país, el porcentaje más bajo de participación desde que se comenzaron a implementar en las elecciones presidenciales de 2011. Las primarias con menor participación habían sido las legislativas de 2017, con el 72,3% del padrón.
Igualmente, este dato a priori no parece que se lo pueda tildar de "negativo" ya que, como se dijo, los comicios fueron en medio de la pandemia y con todas las dificultades que esto acarrea. El grueso de los votantes se acercó a sufragar y eligió lo que creyó conveniente: no hubo porcentajes de impugnados o votos en blanco fuera de lo común. Y esto también es algo positivo a rescatar.
Quiero instalar la idea de "compromiso integral" para sacar adelante al país. Necesitamos de la jerarquización de la política, sí. Pero también de una sociedad comprometida con el sistema. Que exija resultados, pero que además esté a la altura de cumplir su deber cívico y compromisos morales.
La pandemia expuso muchas de las falencias de la globalización, de los sistemas económicos y de la conducción y la organización de cada país. Pero quiero hacer hincapié que en la falta de preparación científica en la ciencia más importante por su valor epistémico: La Política.
Los Políticos deberían ser los “guardianes” del valor primordial de una sociedad, del bien común de los ciudadanos, a fin de asegurar una adecuada alimentación, calidad en los sistemas de salud y educación, y en garantizar trabajo y hábitat dignos.
Con el inicio de la pandemia y con ella un nuevo estado de crisis a nivel mundial, se puso de manifiesto que si no sabemos hacia dónde vamos, si no nos capacitamos, es probable que fracasemos.
Pero para no fracasar también necesitamos del compromiso de aquellos que no son políticos y que juegan un rol importante cada dos o cuatro años en los comicios que, por suerte, ya son parte indestructible de la democracia de Argentina. Con eso quiero definir el "compromiso integral" de la sociedad argentina. Por eso, necesitamos pensar en qué solución queremos y hacia dónde hay que ir para superar los problemas estructurales del país.
¿Por dónde empezamos? Debemos ser capaces de ver y enfrentar el futuro con profesionales cualificados en la actividad que convocan, que cuenten con una amplia capacidad de creatividad, de desarrollo de sentimientos, de autoestima y de resiliencia para afrontar la realidad y resolver asertivamente ante las crisis.
Por último, quiero reflexionar que toda esta crisis se debe combatir, en primera medida, con una educación que busque un "optimismo realista". No podemos cambiar los hechos que sucedieron hasta el momento o los imponderables, pero sí tomar actitudes para afrontar el problema y hacer lo mejor posible.