El primer encuentro con el ginecólogo
Dra. Cintia Azurza - Médica Tocoginecóloga - Grupo Oroño
“En el espacio del consultorio debe considerarse la promoción, prevención y asistencia como parte del proceso de atención de salud”
¿Cuándo podemos considerar que comienza con la etapa de la adolescencia?
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adolescencia se inicia a los 10 años y extiende hasta los 19. Según el Comité de Derechos del Niño, este período se caracteriza por rápidos cambios físicos, cognoscitivos y sociales, incluida la madurez sexual y reproductiva; la adquisición gradual de la capacidad para asumir comportamientos y funciones de adultos, que implican nuevas obligaciones y exigen nuevos conocimientos teóricos y prácticos.
Ocurre que el desarrollo de la autonomía, por parte de la adolescente, es un proceso que se inicia a temprana edad y no guarda relación directa con la misma, ni con los tiempos transcurridos; sino con las características individuales, contextuales y sociales. Es por ello que el acompañamiento de las familias, la comunidad y el Estado debe adecuarse a las necesidades, capacidades y deseos de cada adolescente.
En este contexto, ¿cuál es el papel del profesional de salud?
En general, nos encontramos con personas que no acuden por una enfermedad, sino que están sanas y necesitan tomar decisiones sobre un aspecto íntimo, delicado y complejo de la propia vida, como es la sexualidad. Entonces, el espacio del consultorio debe considerar la promoción, prevención y asistencia como parte del proceso de atención de salud, no como instancias separadas.
¿Cuáles son las consultas más frecuentes que recibe el ginecólogo por parte de las adolescentes?
Las alteraciones del ciclo menstrual, infecciones genitales (vulvovaginitis), anticoncepción y embarazo.
A esta edad, ¿por qué pueden producirse alteraciones en el ciclo menstrual?
Muchas pacientes consultan por oligomenorrea, que cuando los ciclos son de duración son superiores a 45 días e inferiores a 6 meses. La causa más frecuente en la adolescente es la anovulación por inmadurez del eje que regula el ciclo (hipotálamo-hipó?so-ovárico) y en menor frecuencia, entidades como el síndrome de ovario poliquístico (SOP). Otras posibles causas son las alteraciones del peso, por exceso o defecto, el estrés, el ejercicio físico excesivo y otros trastornos hormonales.
¿Qué es la Vulvovaginitis y como puede prevenirse?
Como ya mencionamos, en una infección vaginal que altera el flujo vaginal y produce picazón. Es importante hacer hincapié en las medidas higiénicas y realizar una evaluación de los genitales externos y/o internos, según haya iniciado o no relaciones sexuales.
En esta época, son muchas las adolescentes que se inician en la vida sexual, ¿qué es lo que se aconseja respecto a la elección del método anticonceptivo?
La entrega de información es prioritaria para que cada adolescente pueda, de acuerdo con su orientación y preferencias sexuales, proteger su salud.
Si bien los anticonceptivos orales son los más usados, debe brindarse información de todas las posibles vías de administración, como inyectables, parches o anillos, para que las adolescentes puedan elegir el método que se adecue más a sus necesidades y de esta manera mejorar la adherencia. Es importante enfatizar el uso del preservativo asociado a otro método, ya que de esta manera se garantiza la doble protección.
Además, debemos brindar información sobre la anticoncepción hormonal de emergencia (AHE) como herramienta disponible para evitar un embarazo en caso de fallar o no usar preservativo en esa relación.
A esta edad tan temprana, ¿se empieza a concientizar a las pacientes sobre la prueba de Papanicolaou?
Aunque no sea motivo de la consulta, el consultorio es un ámbito en el que debemos informar sobre el PAP y la vacunación contra el HPV. El Papanicolau es una prueba de tamizaje, no es un testeo para detectar cáncer. Es decir, es un método de prevención que consiste en detectar dentro de una población sin síntomas, lesiones precancerosas que si no se tratan pueden transformarse en cáncer. Diferentes estudios han comprobado que la infección por el Virus Papiloma Humano (VPH) es causa necesaria del cáncer cérvico-uterino (CCU). Se ha demostrado una asociación de más del 99% entre el VPH y el CCU.
La infección por VPH es muy común en mujeres sexualmente activas, afecta entre el 50 y el 80% de las mujeres al menos una vez en su vida. La principal vía de infección es la transmisión sexual y el preservativo no es del todo eficaz, ya que el virus puede ubicarse en los genitales internos y externos, incluidas las zonas que no están cubiertas por el mismo. Igualmente debe promoverse la utilización del profiláctico en todas las relaciones sexuales para prevenir infecciones de transmisión sexual, como sífilis, gonorrea, VHI, VHB, etc.
Se recomienda la realización de PAP a partir de los 21 y hasta los 65 años o a partir de los 3 años posteriores al inicio de relaciones sexuales. La frecuencia recomendada por el Programa Nacional es la realización de un PAP cada 3 años luego de dos anuales consecutivos negativos. El profesional deberá evaluar situaciones especiales tales como la existencia de condiciones de riesgo de contacto anterior con el virus del VPH (abuso o violación, concomitante o no con episodios de adicciones) para modificar la fecha de inicio de la detección.