EL USO DE ANTIOXIDANTES EN DERMATOLOGÍA
Dr. Sergio Ramonda
Dra. Eliana Kos
Dra. Mariquena Corral
El reverastrol y la vitamina C son poderosos antioxidantes naturales que ayudan a mantener la piel joven y lozana
El envejecimiento en el ser humano comienza a los 25 años. A partir de este momento, la función algunos órganos comienza a declinar y con ello aparecen cambios, algunos más evidentes que otros, a los que no estábamos acostumbrados.
La piel es uno de los órganos que empieza a manifestar los primeros signos de envejecimiento, como la aparición de arrugas finas, pérdida de volumen y elasticidad. Existen 2 tipos de envejecimiento: 1) intrínseco o cronológico y 2) extrínseco. El primero hace referencia a los cambios producidos por el programa genético de cada individuo y las modificaciones hormonales que se producen a lo largo de la vida. Mientras que en el segundo, interviene la acción de la radiación ultravioleta, el tabaco, la polución y la alimentación.
Todos ellos intervienen y aceleran un proceso denominado “estrés oxidativo”. Normalmente en nuestra piel se generan a partir de diferentes reacciones químicas, productos llamados radicales libres del oxígeno. A medida que envejecemos la cantidad de éstos aumenta significativamente, debido a que, por un lado los antioxidantes endógenos pierden su capacidad para neutralizarlos y eliminarlos; y por otro lado aumenta su producción a expensas del consumo de nicotina, la contaminación ambiental, la radiación ultravioleta y las dietas pobres en frutas y verduras. Como resultado se produce un “aumento” de nuestros radicales libres.
Los radicales libres son elementos capaces de destruir las estructuras celulares, incluyendo los lípidos y las proteínas. Por lo tanto provocan:
1) Disminución de la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, que hace que la piel pierda firmeza y elasticidad y esté deshidratada, y por lo tanto más propensa a la aparición de arrugas
2) Deterioran las membranas de las células cutáneas
3) Provocan alteraciones en el ADN de las células de la piel, causando mutaciones que pueden conducir a la muerte de estas células.
Entonces, debido a que el efecto inhibitorio que nuestro cuerpo pone en marcha a través de los antioxidantes y los mecanismos de reparación suelen ser escasos, es muy importante aportar antioxidantes exógenos como la vitamina C o el resveratrol; ya sea con la dieta o en forma tópica, con productos que los contengan.
El resveratrol, polifenol natural, es un compuesto producido por diferentes plantas (vid, partes leñosas del pino, frutos secos, moras y otros frutos silvestres) ante situaciones de estrés, para defenderse del aumento de los radicales libres. Su mayor concentración se encuentra en el vino tinto.
Este activo tiene un gran poder antioxidante, ya que estimula la actividad de enzimas endógenas que defienden a nuestro organismo del estrés oxidativo. Esto hace que sea un compuesto esencial para la prevención de los signos de envejecimiento cutáneo. Es capaz de aumentar la longevidad de las células al estimular las proteínas de la longevidad o sirtuínas, e incrementar la renovación celular y la producción de elastina y colágeno, lo que hará tener una piel más firme y tersa.
Además controla la actividad de una enzima llamada tirosinasa responsable de la producción excesiva de melanina (pigmento de la piel) y en consecuencia de la formación de manchas pigmentadas en la piel.
La vitamina C o ácido ascórbico, es otro gran antioxidante de nuestra piel y co-factor de varias reacciones enzimáticas vitales. El cuerpo humano es incapaz de sintetizarlo, por lo que su principal fuente de aporte es la exógena. Es decir, que dietas ricas en frutas (cítricos, kiwi, mango, papaya) y vegetales (espinaca, repollo, tomate, brócoli, berro y pimientos), aportan gran cantidad de la misma. Sin embargo la absorción es limitada, y su utilización en cremas, emulsiones o sueros ha cobrado gran importancia en los últimos tiempos.
La vitamina C es clave para la síntesis del colágeno, componente esencial de nuestra dermis, encargado de mantener la turgencia y resistencia de la piel y vasos sanguíneos. Por lo tanto, la vitamina C junto a otras vitaminas y minerales actúa retrasando el envejecimiento prematuro.
CLAVES DERMATOLÓGICAS
- Una dieta equilibrada, sana y variada, aporta a nuestro organismo toda la materia prima necesaria para estar saludables.
- La vitamina C y el resveratrol son dos antioxidantes esenciales en el adecuado funcionamiento cutáneo, y ayudarán a evitar el envejecimiento prematuro, manteniendo una piel hidratada y saludable.
- Si sumamos una cuota extra de vitamina C y resveratrol a nuestra rutina diaria, con productos que contengan estos activos, aportarán un aspecto luminoso y joven a la piel.
- No debemos olvidarnos que la limpieza de la piel todas las noches y mañanas, y la utilización del protector solar son un complemento fundamental para mantener a la piel cuidada y sana.