Dermatología Martes 12 de Enero

Transpiración excesiva o hiperhidrosis

Dra. Adriana Vignolo - Departamento de Medicina Estética - Sanatorio Mapaci

El mecanismo que regula la producción o evaporación de sudor puede alterarse debido a una patología que puede ser tratada de varias formas.

Los humanos y muchos otros animales producimos en determinadas condiciones una sustancia más o menos acuosa que recibe el nombre común de sudor. Este mecanismo cumple funciones en el organismo que ayudan al  mantenimiento de la temperatura corporal, lubricar, permitir la identificación de un individuo, o eliminar ciertas toxinas producidas. 

El sudor se genera y es liberado por las glándulas sudoríparas, que se encuentran distribuidas en todo el cuerpo en un número aproximado de dos a tres millones. Las glándulas ecrinas, producen un líquido acuoso e intervienen en el mantenimiento de la temperatura corporal. Son muy numerosas y solo faltan en los labios y en algunas áreas de los genitales externos. 

Cuando el cuerpo detecta un aumento de temperatura, debida al incremento del calor exterior, frente a una situación de estrés o a la realización de algún tipo de ejercicio,  envía una señal al cerebro (hipotálamo) que responde activando los mecanismos necesarios para que comience el proceso de producción y evaporación del sudor colaborando así a mantener constante la temperatura corporal en 37º centígrados. Pero este mecanismo puede alterarse llegando a producir hasta cuatro y cinco veces más sudor de lo normal, provocando un trastorno médico llamado hiperhidrosis. 

Las personas que presentan esta afección suelen manchar la ropa, el calzado, tienen las manos mojadas y necesitan tener un pañuelo para secar el sudor del rostro y  puede presentarse tanto en hombres como en mujeres aunque estas últimas consultan con mayor frecuencia. Las zonas más afectadas son axilas, palma de manos, planta del pie  y la frente que son las partes del cuerpo donde se encuentran la mayoría de las glándulas sudoríparas.

La hiperhidrosis puede ser primaria o secundaria.

La primaria suele comenzar en la infancia o adolescencia. Está caracterizada por una respuesta exagerada de las glándulas a los  estímulos que originan el sudor como el estrés emocional, calor o el esfuerzo físico. Las glándulas son normales pero por cuestiones genéticas alteran la respuesta nerviosa que regula la secreción glandular .El 30 a 60% de los casos registra antecedentes familiares. El exceso de transpiración remite durante el sueño.

Las formas secundarias, son debidas a enfermedades, suelen aparecer en la edad adulta, ser más generalizadas y no desaparecen con el sueño. Estas formas requieren un estudio médico exhaustivo para intentar aclarar la causa de la misma. Existe un largo listado de enfermedades que pueden provocarla, entre las que se encuentran algunas enfermedades infecciosas, obesidad, Diabetes Mellitus, alcoholismo, Parkinson, hipertiroidismo, artritis reumatóidea y linfomas. 

Existe una escala de severidad de la hiperhidrosis, aunque el trastorno requiere de una consulta médica en la que el profesional descartará toda posibilidad de una hiperhidrosis secundaria a una enfermedad.

Grado 1: Mi sudoración no se nota y no interfiere con mi actividad diaria.

Grado 2: Mi sudoración es tolerable pero a veces interfiere con mi actividad.

Grado 3: Mi sudoración es poco tolerable y frecuentemente interfiere con mi actividad.

Grado 4: Mi sudoración es intolerable y siempre interfiere con mi actividad diaria.

El tratamiento puede frenar la sudoración excesiva y otorgar seguridad a nivel social, laboral y personal mejorando enormemente la calidad de vida.

Si el grado de hiperhidrosis es 1 ó 2, la primera opción en el tratamiento son las lociones con sales de aluminio, usar medias y ropa de algodón y cambiarla varias veces al día. Se recomienda además, no usar tejidos sintéticos, evitar situaciones de stress y la ingesta de café, alcohol y especias picantes. 

Un tratamiento sumamente seguro y efectivo para tratar la hiperhidrosis axilar es la aplicación de Toxina Botulínica (Botox), que bloquea la actividad de las glándulas sudoríparas. Es un procedimiento médico rápido y no doloroso  con el cual los pacientes estarán libres de transpiración por un período aproximado de 6 a 8 meses. 

Existe también un tratamiento quirúrgico para la hiperhidrosis consistente en la interrupción definitiva de los nervios y los nódulos nerviosos que transmiten las señales a las glándulas sudoríparas. Se realiza bajo anestesia general y permite solucionar en forma casi definitiva el problema pero están presentes los riesgos quirúrgicos de la anestesia, infecciones y en el 60% de los pacientes puede aparecer una "hiperhidrosis compensatoria" en la que se produce un aumento del sudor en la espalda, el abdomen o en los muslos. Es por ello que sólo se reserva en casos contados.   


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