El valor de los contratos
Damián Ferrero-Wenger – Abogado - Asesor Legal Sanatorio Mapaci, S.A./ Mapaci Laboral.S.A
Los contratos crean valor económico y humano.
Las relaciones humanas son más complicadas que los elementos en el hielo. Estas palabras no pertenecen ni a un economista, ni a un filósofo; las pronunció un noble de 71 años, antiguo militar, aventurero inglés y prolífico escritor llamado Ranulph Fiennes, la primera persona que visitó tanto el Polo Norte como el Polo Sur usando solo medios de transporte de superficie y el primero que cruzó completamente a pie la Antártida.
Su reflexión tuvo lugar en una entrevista que le realizaran, en respuesta a una pregunta acerca de cuál había sido la exploración más difícil que había realizado.
Estas palabras dan pie para afirmar una realidad visible: las actividades económicas son complejas, y las relaciones humanas más aún. Unas y otras se desarrollan en función de expectativas, siendo estas -a su vez- fuentes generadoras de conductas, incentivos y desincentivos.
Los contratos son acuerdos de voluntades que rigen los derechos y obligaciones de co-contratantes ligados con un objeto determinado.El concepto es claro y simple. Pero la potencia que lo subyace no es evidente a primera vista. Sin embargo, si se empieza a analizar el significado y los efectos que se pueden lograr con esta extraordinaria herramienta legal, se advertirá su verdadera dimensión.
De hecho, las sociedades se desarrollan a través de la creación, respeto y ejecución de innúmeros acuerdos, que suceden de manera permanente a todo nivel, de toda clase y entre todo tipo de contratantes (personas, empresas, estados).
El contrato tiene una enorme variedad de facetas susceptibles de ser analizadas, algunas técnicas, otras comerciales, e incluso sociales, y muchas otras más.
Me detendré en este artículo solo a destacar fundamentalmente las virtudes, ventajas, beneficios y aptitudes de los contratos: el valor de los contratos.
Y allí es que una vez más cabrá desmitificar una idea muy común, que es que los contratos son para evitar problemas. La función preventiva es un rol secundario de los acuerdos, por cierto nada menor; pero accesorio.La certeza y la previsibilidad son precondiciones que crean entornos fértiles para las relaciones, humanas, sociales, económicas. Evitan el descomunal costo del incumplimiento.
Una encuesta realizada por la consultora Grant Thornton International relevó que una de las cuestiones más importantes que consideraban los empresarios en cuestiones de negocios era la de la Seguridad Jurídica.
Sin embargo se ha dicho que esa función preventiva es accesoria; importante pero accesoria.
Principalmente los contratos son herramientas para crear. Para crear valor. Los contratos crean valor económico y humano. Ello sucede dentro de un proceso, que tiene su punto de inicio con el ordenamiento de los pensamientos y los objetivos buscados por quienes analizan el inicio de una relación.
Este examen se da al nivel de las expectativas, y es sin dudas incluso más importante que la función preventiva vista anteriormente. Es que justamente las partes de los contratos se ven satisfechas cuando sus expectativas son cumplidas.
Esos objetivos de las partes contratantes se transforman en objeto del contrato y, dentro de ese marco, ese continente que será el contrato, el contenido que será el que definirá los derechos y obligaciones de las partes. Derechos y obligaciones que movilizan y enderezan las acciones de las partes. Y de los cuales se derivan los incentivos y desincentivos a las conductas de las partes, las cuales lo comprenden en todas sus etapas: negociación, creación, interpretación y ejecución del contrato.
Crear responsablemente un contrato no puede ser el resultado de un “googleo”. Será el resultado de un proceso realizado con la intervención de quienes deben participar con capacidad y experiencia suficientes para su gestación, creación y cumplimiento. De otra forma, no se logrará ni con el fin primero, crear valor, ni con el accesorio, prevenir. Y en cambio de ello, muy probablemente se destruirá valor, y se generarán contingencias legales, a veces descomunalmente importantes.
En conclusión: el valor de los contratos, es crear y proteger (el cual podrá ser humano, social y/o económico), factibles de obtener sí y solo sí se asume el contrato como un proceso con facetas técnicas y prácticas insoslayables.