¿Cómo tratar el prurito anal?

Causas más frecuentes y tratamiento.

El Prurito anal es una picazón crónica e intensa que compromete la piel perianal,provoca irritación de la piel cerca del ano, lo que resulta en un fuerte deseo de rascar el área. Cuando es severo afecta la calidad de vida.

En muchos casos, no se encuentra un problema específico para explicar el prurito y ninguna lesión concomitante (prurito idiopático). Pero en otros, se halla alguna patología simultánea, por lo que se requiere una detallada historia clínica y un examen físico exhaustivo y minucioso por parte de un especialista para poder identificar la causa.

Generalmente se establece un círculo vicioso entre la picazón y el rascado que genera lesiones que exacerban la picazón.

Posibles Causas

• Patologías anales como hemorroides, fisura anal, fistula perianal.

• Humedad excesiva perianal, generada por transpiración o mala higiene local.

• Las dermatitis alérgicas por contacto que pueden ser provocadas por jabones o toallitas. 

• Irritación local por uso de jabón perfumado o lociones que pueden ser irritantes.

• Contaminación fecal de la piel perianal por escurrimiento.

• Infección bacteriana, micótica o parasitaria (oxiuros).

• Algunas afecciones dermatológicas (psoriasis).

Para un correcto diagnóstico debe realizarse un examen minucioso de la zona y realizar estudios parasitológicos y micológicos para descartar estas posibles causas.

El tratamiento del prurito anal implica:

• La prevención de la irritación, la humedad perianal y evitar el rascado.

• No utilizar jabones perfumados en el área anal (higienizarse con jabón blanco o jabón de glicerina).

• No frotar el área anal con papel higiénico.

• Evitar el uso de toallitas.

• Evitar la ingesta de café, alcohol y picantes.

• Utilizar ropa interior de algodón (evitar de fibra sintética).

• Enjuagar con agua tibia y secar con paño suave (sin frotar ni raspar).

• Puede utilizar algodón suave entre los glúteos para mantener el área seca.

• Se realizarán tratamientos específicos con pomadas antimicóticas, tratamiento antiparasitario, corticoide local a baja dosis, si su médico se lo indica.

Siempre se debe consultar y realizar un control periódico con un médico especialista.