Dermatosis Genitales que afectan a la pareja
Dr. Sergio Ramonda
Dra. Eliana Kos
Dra. Mariquena Corral
Una buena higiene y el uso correcto del preservativo en las relaciones sexuales ocasionales suelen ser suficientes para prevenir este tipo de enfermedades y llevar a cabo una sexualidad responsable.
Un motivo de consulta dermatológica muy frecuente consiste la presencia de irritación, enrojecimiento acompañado de ardor, aparición de vesículas o erosión en la región genital, tanto de hombres como de mujeres. En la mayoría de los casos esta situación ocurre en forma reiterada; y en varias oportunidades los pacientes acuden a la consulta previamente medicados, a veces automedicados, otras por indicación de un farmacéutico, o por algún servicio de urgencias.
Dicha terapéutica suele ser sólo sintomática, sin haber llegado a establecer un diagnóstico de certeza, lo que entorpece la posterior evaluación por el especialista, ya que enmascara las manifestaciones clínicas y produce una demora en la aplicación del tratamiento específico. Estos casos que vemos a diario, tanto en el hombre como en la mujer, pueden generar un círculo vicioso de adicción a la medicación incorrecta, y resistencia a la medicación correcta si la misma no se instaura en uno o ambos integrantes de la pareja.
Para un correcto enfoque de esta problemática, es fundamental una buena relación médico-paciente. De esta forma, en el momento de la consulta, el profesional podrá llevar a cabo un interrogatorio detallado y un adecuado examen clínico; y el paciente pondrá de manifiesto sus inquietudes y temores. Puede ser necesario iniciar investigaciones para excluir enfermedades de transmisión sexual, inmunodepresión, diabetes o hasta realizar una biopsia.
Por lo tanto, cualquier picazón, sarpullido, bulto, protuberancia o ulceración de la zona genital, debe motivar la consulta con un profesional a la brevedad, evitando curas caseras y experimentos inoportunos que podrían confundir el cuadro clínico y demorar el diagnóstico.
Causas muy diversas
Tal vez, una de las patologías más frecuentes, es la infección herpética. Ésta es considerada en la actualidad como la enfermedad de mayor prevalencia en personas sexualmente activas. Esta enfermedad de transmisión sexual tiene como síntoma fundamental la aparición de vesículas muy pequeñas que se rompen con facilidad, enrojecimiento, ardor y un curso autoresolutivo en la mayoría de los casos. Dependiendo del huésped, esta afección podrá tener episodios recidivantes a lo largo de toda la vida.
Tanto para la primoinfección como para los rebrotes contamos con tratamiento antiviral específico y sintomático muy efectivos, ya sea tópico como sistémico, es decir por vía oral y endovenosa en casos graves. Lamentablemente no contamos con una vacuna para su prevención hasta el momento. Debemos destacar que la infección cutánea por el herpes virus genital, torna al paciente más susceptible al ingreso de otras enfermedades de transmisión sexual, siendo la virosis más frecuente el VIH.
Otra patología muy habitual son las verrugas genitales que aquejan a ambos sexos. Esta afección, también de causa viral (virus del papiloma humano -VPH) la vemos cada vez con mayor frecuencia y se manifiesta como tumoraciones benignas que en su mayoría afectan la zona genital y perigenital. La observación de lesiones sobreelevadas, verrucosas, de color blanquecino o rosado en la zona genito-anal debe motivar la pronta consulta con el dermatólogo que deberá descartar la presencia de VPH, infección que se ha transformado en una pandemia tanto en hombres como mujeres y que, dejada a su libre evolución, supone serios riesgos de cáncer genital.
Cualquier picazón, sarpullido, bulto, protuberancia o ulceración de la zona genital, debe motivar la consulta con un profesional a la brevedad
Para el tratamiento de las verrugas contamos con medicamentos tópicos en cremas, soluciones cáusticas y medios físicos de eliminación. Hacemos hincapié en que algunas cepas del virus papiloma tienen potencial oncogénico, es decir posibilidad de transformación cancerosa, con predominio en la mujer. Actualmente, la vacuna para determinadas cepas de este virus, constituye una herramienta muy importante en la prevención del cáncer. Es de carácter obligatorio el uso de la vacuna en niñas partir de los 11 años. Actualmente dicha indicación se extiende a mujeres y hombres sexualmente activos como importante método de profilaxis.
Otra enfermedad de transmisión sexual que puede afectar a la pareja es la aparición de una lesión ulcerada, indolora en algún sector del aparato genital que luego involuciona espontáneamente. Los dermatólogos la denominamos la gran simuladora ya que puede confundirse con diversas entidades, pero responde clínica y serológicamente a lúes o sífilis. Esta entidad, a diferencia de lo que algunos creen, mantiene su frecuencia y continúa observándose en forma conspicua.
Es preciso advertir que estas manifestaciones clínicas que comprometen la región genital tienen fácil y adecuado diagnostico para el médico especialista, por eso es extremadamente importante la consulta inmediata, ya que se trata de una ETS (enfermedad de transmisión sexual) constituyendo afecciones que, si son tratadas en forma específica, no ocasionan mayor compromiso del paciente, de lo contrario pueden favorecer el desarrollo de infecciones con afectación sistémica severa. Una vez diagnosticada, posee un tratamiento antibiótico relativamente sencillo y de fácil acceso. Es primordial el tratamiento de los contactos sexuales y el estudio de otras afecciones que comparten la vía de contagio sexual.
Frecuentemente, recibimos pacientes que acuden asustados por lesiones genitales que suponen equivocadamente secundarias a una transmisión sexual, tratándose tan sólo de variantes anatómicas normales, como glándulas sebáceas prominentes, muy frecuentes de observar. Una vez más, la valoración por un profesional es indispensable para evitar miedos innecesarios y malos entendidos.
Una buena higiene y el uso correcto del preservativo en las relaciones sexuales ocasionales (sexo genital, oral y/o anal), suelen ser suficientes para prevenir este tipo de enfermedades y llevar a cabo una sexualidad responsable. Debemos destacar el papel del dermatólogo a la hora de diagnosticar y tratar las afecciones genitales.