Las várices de las piernas.
Dr. Roberto O. Venesia - Especialista en Flebología - Centro Quirúrgico Rosario.
Nuevos tratamientos para una afección tan vieja como el hombre. La palabra de los especialistas.
Se calcula que la frecuencia actual de las várices en hombres y mujeres en todo el mundo es de 37 a 40% de la población, sin respetar sexo, raza o región geográfica. Si bien, en general, son motivo de consulta fundamentalmente por una cuestión estética, es importante saber que quienes las padecen pueden sufrir complicaciones a lo largo de la vida, cuando no se toman las medidas necesarias para evitarlas. Las várices son una enfermedad, y por lo tanto deben tratarse y pueden curarse. .
Ya sean las arañitas o esas venas grandes, zigzagueantes y que se palpan, a veces verdes y otras rojas y azules, en la parte de atrás de la rodilla o las pantorrillas o cara interna de piernas, todas son parte de una patología que no debería tomarse a la ligera. Identificar su origen es imprescindible para realizar un correcto tratamiento y mantener bajo control posibles complicaciones.
Dentro de estas complicaciones, hay algunas leves y solo antiestéticas como las manchas color marrón en la parte inferior de las piernas, hasta las más graves como las trombosis venosas, las flebitis, los eccemas varicosos y las temidas y tan comunes úlceras, que a veces llevan años en cerrarse, cuando no son correctamente tratadas.
Cuando aparece una simple venita o un cordoncito más grande y se empiezan a hinchar los tobillos o las piernas, hay algo más que un simple derrame o arañita. “Si se consulta y diagnostica de manera oportuna, tiene solución”, indica el Dr. Roberto Venesia, Director del Centro Quirúrgico Rosario, Ex Presidente de la Asociación de Flebología y Linfología de Rosario y actual Director de la Escuela Argentina de Flebología dependiente de la Sociedad Argentina de Flebología y Linfología.
Factores de Riesgo
Además de las causas hormonales, el uso de anticonceptivos orales y el embarazo, las mujeres y los hombres comparten factores de riesgo modificables. Los más importantes son el sedentarismo, el sobrepeso y permanecer mucho tiempo quieto, de pie o sentado, aunque el factor genético es el más fuerte e importante a la hora de buscar un culpable para la presencia de várices.
"Es importante que la población comprenda que tratar las várices no es sólo sacar una venita de abajo de la piel, sino ocuparse del tratamiento de la insuficiencia venosa, y actualmente, gracias a los métodos diagnósticos existentes, como el ecodoppler venoso, puede tratarse la enfermedad varicosa de la forma más fisiológica posible”, señala Venesia.
Según comenta el especialista, el tratamiento actual de las várices y sus complicaciones ha evolucionado muchísimo en los últimos 15 años, con el advenimiento de los tratamientos con espuma y endovasculares con laser, todos procedimientos mínimamente invasivos, algunos sin anestesia y totalmente ambulatorios, que casi no requieren baja laboral y la mayoría de ellos indoloros. Solo requieren el uso de vendas o medias elásticas.
En efecto, el tratamiento con laser es realizado en forma endovascular. “Ya no se realizan más cortes ni puntos, por lo que el postoperatorio y la recuperación, son casi inmediatos. Quedó atrás la época en que se sacaban las venas varicosas a través de incisiones que producían dolor y marcas o cicatrices totalmente inestéticas”, recalca el director del Centro Quirúrgico Rosario.
¿Cómo minimizar la aparición de várices?
- Mantener un peso dentro de lo normal para edad y talla.
- Evitar el sedentarismo; andar en bicicleta y nadar son dos buenas opciones.
- Si el trabajo demanda estar mucho tiempo parado o sentado (policías, azafatas, mozos, oficinistas, entre otros), se recomienda como estrategia empezar por mover los dedos de los pies y caminar, aunque sea unos pasos cada tanto como para "masajear" los músculos del pie, la pantorrilla y el muslo para promover el retorno sanguíneo.
- Quienes viajan con frecuencia, en auto, omnibus o avión deberían usar medias elásticas y realizar movimientos frecuentes flexionando los tobillos, para que de esta manera, trabaje la verdadera bomba muscular que tenemos en las pantorrillas, favoreciendo el retorno venoso y de esta forma evitar las situaciones que pueden llevar a una trombosis venosa.
Lo importante es reconocer el problema para poder afrontarlo de la mejor forma posible. “En la actualidad contamos con la tecnología adecuada para ofrecer los mejores tratamientos a esta afección que padece el hombre desde tiempos inmemoriales, y que es capaz de provocar importantes complicaciones cuando no se consulta o no se tratan adecuadamente”, dice Venesia.
Las várices en las distintas partes del cuerpo
¿Por qué aparecen las várices? El Dr. Osvaldo Andoniades, presidente de la Sociedad Argentina de Flebología, explica: "La mayoría de los otros seres vivos se desplazan en posición horizontal para repartir la presión de la sangre en forma normal en todo el cuerpo. El ser humano es el primer ser viviente que adopta la posición bípeda, entonces aumenta la presión de la sangre en los miembros inferiores. Las venas no estaban preparadas para tal hecho y por lo tanto se dilatan".
A pesar de que las extremidades inferiores son el blanco más común, también pueden aparecer en los brazos, testículos, abdomen, estómago, esófago, etc.
Además de la posición, existen otros factores vinculados con el origen de las várices. Uno de ellos es la propia morfología del sistema vascular. "Las venas poseen válvulas en su interior que fraccionan la columna de sangre produciendo una disminución de la presión para evitar la dilatación. Algunas personas tienen válvulas cada cinco centímetros, que estarían dentro de los parámetros normales; otras cada diez; otras cada treinta, y otras no tienen. Cuánto menos válvulas se tenga mayor es la probabilidad de sufrir de várices", explicó el especialista.
Las hormonas femeninas, sobre todo la progesterona, son otras de las causas de la dilatación de las venas. Por eso, durante el embarazo, cuando se produce un enorme aumento de esta hormona, se tiene mucho más probabilidades de desarrollarlas.
Además, ciertos hábitos hacen más rápida su evolución. El sobrepeso, la falta de actividad física, la exposición a fuentes de calor y la permanencia durante mucho tiempo de pie o sentado son algunos de ellos, según expresaron Sergio Ferreira Fernández y Oscar Gural Romero, especialistas del Hospital de Clínicas.
Arañitas y troncales
Los tratamientos dependen del tipo várices. Para las arañitas se aconseja el procedimiento esclerosante, que se realiza con la inyección de sustancias que irritan las paredes de la vena y hacen que colapse, o con láser.
Para las troncales, esos cordones verdosos y protuberantes, se indica la microcirugía, que consiste en sacar las venas con pequeñas incisiones que no dejan cicatrices ni marcas y se realiza en forma ambulatoria. "Antes, en las venas principales o en trayectos largos se hacía una cirugía que implicaba una incisión en la ingle, otra en el tobillo y se sacaba toda la vena. Eso dejaba muchos hematomas. Hoy, con el láser endovascular, se realiza una punción al nivel del tobillo y se elimina por completo la vena sin dejar marcas", comentó Fabiani.
Actualmente, señaló Fabini, también existen varios medicamentos muy útiles para prevenir y tratar esta patología, siempre que estén indicados por especialistas.