“Un mundo en el que ninguna persona sufra una pérdida de la audición por causas evitables”

Una intervención temprana es fundamental para reducir los efectos negativos de la pérdida de la audición en el desarrollo lingüístico y cognitivo, que impactan en la calidad de vida de la población.

Este mes de marzo, precisamente el 3, se celebró el Día Mundial de la Audición. En el último informe mundial, se propone “un mundo en el que ninguna persona sufra una pérdida de la audición por causas evitables, y en el que las personas con pérdida de la audición puedan desarrollar todo su potencial mediante la rehabilitación, la educación y el empoderamiento”.

La trayectoria auditiva de una persona está determinada por su capacidad auditiva al nacer, junto con las diversas influencias que la pueden deteriorar o proteger a lo largo de su vida. La audición se ve afectada por múltiples factores, que van desde los genéticos y biológicos hasta los psicosociales y económicos.

Aunque las causas de pérdida auditiva pueden presentarse en distintas etapas a lo largo de la vida, las personas son más susceptibles a ello durante ciertos períodos críticos, como antes de nacer o en los primeros años de vida, así como en los grupos de edad avanzada cuando se producen los cambios neurodegenerativos.

¿Cuáles son los factores que influyen en la trayectoria auditiva?

• Características genéticas

• Factores biológicos como trastornos de salud o enfermedades

• Factores comportamentales, relacionados al estilo de vida

• Factores ambientales

La intervención temprana es fundamental para reducir al mínimo los efectos adversos de la pérdida de la audición en el desarrollo lingüístico y cognitivo, ya que cuando no se atiende, afecta muchos aspectos de la vida.

El impacto en las personas

En lo individual se genera una imposibilidad de comunicarse con los demás; en los niños se relaciona directamente con dificultad en la adquisición del lenguaje, incluso pérdidas auditivas leves o de un solo oído, que a menudo se pasan por alto, afectan el desarrollo del habla y del lenguaje en los más chicos. 

El lenguaje es fundamental no solo como medio de comunicación, sino también como elemento que contribuye al desarrollo cognitivo, una herramienta para la educación y la base de las relaciones sociales. La falta de atención de esta patología genera menor aprovechamiento escolar, mayor deserción y menor posibilidad de estudios superiores, lo que en los adultos se refleja con un mayor desempleo.

La hipoacusia no tratada contribuye al aislamiento y soledad lo que puede conducir a depresión y angustia. Además, es el principal factor de riesgo modificable para prevenir la demencia senil. La pérdida auditiva sin tratar puede ser la causa del 8% de los casos de demencia senil en las personas mayores.

El impacto en la economía global 

En lo económico la pérdida de la audición no tratada cuesta al mundo 980.000 millones de dólares al año; en contraposición, cada dólar invertido en prevenir y tratar la hipoacusia de un individuo se recupera con creces.Los resultados, basados en los costos reales, mostraron que habría un posible rendimiento de 1,67 dólares por cada dólar invertido en el tamizaje auditivo neonatal. En un país de ingresos altos, se estimó que este rendimiento sería de 6,53 dólares por cada dólar invertido.

En los niños, el 60% de las causas de hipoacusia se pueden evitar.

Para la prevención de la hipoacusia podemos apostar a:

• Vacunación

• Atención materno infantil

• Asesoramiento genético

• Programas de detección precoz en recién nacidos y rápida implementación de tratamientos, controles al ingreso escolar, en personas con riesgo y en adultos mayores.

• Petección y tratamiento de afecciones comunes del oído (otitis)

• Programas de detección de la audición en el trabajo, para reducir la exposición a ruidos y a químicos

• Estrategia de escucha segura para reducir la exposición a sonidos fuertes en entornos recreativos

• Uso racional de medicamentos (ototóxicos)

• Cambios de factores de riesgo (diabetes, aumento de colesterol, hipertensión)

 EL COVID Y LA PÉRDIDA DE LA AUDICIÓN

Con la aparición del COVID19, sobre todo durante la última ola, se detectaron muchos casos con afección en los oídos, que van desde otitis media aguda, cuando el paciente va finalizando el proceso de la infección, hasta hipoacusia neurosensorial unilateral o bilateral, de diferentes grados, acompañado o no con vértigos, como secuela del virus.

En noviembre de 2021se publicó un metanálisis realizado por Universidad de Lethbridge, Canadá que muestra resultados de pérdida auditiva en el 3,1 %, zumbido en el 4,5 % y mareos en el 12,2 % de los pacientes con COVID-19.

Si bien sabemos que virus como el sarampión, las paperas y la meningitis pueden causar pérdida de audición y los coronavirus pueden dañar los nervios que transportan información hacia y desde el cerebro, es posible que otros factores además del COVID-19 puedan afectar la pérdida auditiva y el tinnitus preexistentes.

De todos modos, se aconseja una evaluación auditiva si se padeció Covid y si la persona presenta alguna diferencia con su audición previa a padecer la enfermedad.