Fertilidad Lunes 17 de Agosto

LA FERTILIDAD ASISTIDA EN LA ACTUALIDAD

Dr. Carlos Carizza - Dr Nicolás Carizza – Especialistas en Fertilidad. Fertya – Grupo Oroño

Causas de infertilidad en el hombre y la mujer. Estudios previos al tratamiento. La Inseminación Artificial

La incapacidad para tener un hijo luego de un año de búsqueda por parte de una pareja ha sido por años la definición de esterilidad o para ser más exactos terminológicamente: subfertilidad.

Muchas cosas han cambiado con las últimas generaciones, la postergación de la maternidad es una de ellas que, sin lugar a duda, obedece a múltiples causas que no analizamos aquí pero que si debe considerarse como entorno de la problemática a tratar.

En la década de los 80 los hijos se tenían a entre los 20 y los 30 años de edad, hoy a los 30 y hasta más allá de los 40. Este fenómeno mundial se debe fundamentalmente a la necesidad de un desarrollo socioeconómico y laboral por parte de la mujer que en tiempos pasados sólo cubría la imagen de madre y ama de casa. Hoy el desarrollo profesional de la mujer es paralelo al del hombre y sin lugar a dudas necesario para una inserción social de la pareja. En pueblos donde la mujer está relegada a su trabajo de hogar, los hijos nacen cuando las mujeres tienen 20 años o menos. La fertilidad es mayor a esa edad y por ende debemos considerar una mayor incidencia de parejas subfértiles de 30 años.

La ley de Fertilización Asistida en Argentina contempla un nuevo escenario donde individuos o parejas de un mismo sexo podrán recurrir a tratamientos de fertilidad para lograr tener hijos más allá de lo que la naturaleza establece, creando un sistema altamente inclusivo donde se deberá recurrir a tratamientos médicos para lograr los objetivos de paternidad.

Esta normativa genera un impacto en las coberturas médicas relacionadas con la Medicina Reproductiva. Un criterio altamente inclusivo cubre la realización de técnicas para lograr embarazos en parejas igualitarias y en personas solas que deseen tener hijos.

Pocos países en el mundo incluyen en la asistencia médica obligatoria estos casos, incluso España que cuenta con una ley muy amplia comienza a limitar los tratamientos a casos de infertilidad de parejas de distinto sexo.

Edad y fertilidad

En 1985 la edad promedio de las parejas que consultaban por infertilidad era de 26 años. Actualmente el promedio es de 35 años. Esto representa un retraso de casi 10 años en el deseo de buscar un hijo. Razones socioculturales, laborales y económicas están involucradas en esta decisión que se da en la mayoría de los países del mundo, donde los jóvenes han decidido lograr una realización personal antes que tener hijos.

La probabilidad de lograr un embarazo en un año de búsqueda es menor a los 35 años que a los 25 años, las razones son muchas pero la más importante es la caída lógica que se da en el potencial fértil de ambos componentes de la pareja.

Es muy difícil que una mujer sin hijos pueda lograr un embarazo luego de los 40 años y si lo logra tiene casi un 50% de probabilidad de perderlo. La mayoría de los embarazos logrados luego de los 45 años son con óvulos donados.

¿Cuáles son los factores que modifican los resultados de la Fertilización Asistida?

Las principales variables que generan cambios en los resultados de la Fertilidad Asistida son: 

  • Edad de la mujer
  • Años de Esterilidad
  • Calidad del semen
  • Procedimientos anteriores
  • Embarazos previos

Así, una mujer menor de 30 años que busca embarazo hace 6 meses y su marido tiene un semen de buena calidad, tiene un 60% de probabilidad de lograr un embarazo, mientras que si la mujer tiene 39 años, busca embarazo hace 6 o 5 años y su marido tiene alteraciones en el espermograma, la probabilidad desciende a menos del 20 %.

Cada pareja representa una diferente historia que el grupo de profesionales deberá conocer en profundidad para lograr establecer el tratamiento más eficiente en cada caso.

Infertilidad masculina

Cada componente de la pareja ofrece un potencial fértil que deberá interrelacionarse con el de su pareja. Esto establece una probabilidad menor o mayor de lograr un embarazo en un tiempo determinado.

Si todo está bien una pareja de 28 a 30 años que comienza a buscar un embarazo debería lograrlo en 12 meses en un 70% de los casos. Un 15% más lo logrará al cabo del segundo año. Así vemos que un 15% de parejas deberán concurrir al especialista al cabo de 2 años de búsqueda o un 30 % si deciden consultar luego de 1 año de búsqueda sin éxito.

La primera consulta es realizada en general al ginecólogo y los estudios son indicados por el mismo. Nunca se debe dejar de estudiar al hombre en estas circunstancias ya que la mitad de las causas de esterilidad están relacionadas con trastornos en el potencial fértil del hombre.

Un espermograma realizado en un laboratorio de reproducción y una historia clínica deben realizarse de rutina al hombre componente de una pareja que busca embarazo. Medicamentos, tóxicos, trastornos vasculares, como el varicocele, infecciones u otras enfermedades generales pueden alterar la calidad del semen y pueden ser tratados sin dificultad.

Aquellos casos en los que  no se puede mejorar el potencial fértil del hombre se realizará un ICSI que consiste en la inyección de un espermatozoide elegido dentro del óvulo con la consiguiente fertilización del mismo.

 Primeros estudios en pareja infértil

En el caso de la mujer, se recomienda una completa historia clínica con examen físico, evaluación hormonal y ecográfica de la fase folicular, evaluación de la reserva ovárica y estudios de la cavidad uterina y permeabilidad tubaria.

El hombre deberá realizar los siguientes estudios: historia clínica, evaluación del semen en laboratorios de reproducción, cultivos de semen y estudios inmunológicos, fragmentación del ADN espermático, evaluación hormonal en los casos que corresponda y ecografía con doppler si fuera necesario

Inseminación artificial

El mejoramiento del semen en el laboratorio y su colocación dentro del útero constituyen el procedimiento de fertilidad asistida de baja complejidad más utilizado. Está indicado en cuando el semen presenta alteraciones menores o en aquellos casos en los que si bien hay un espermograma normal, los espermatozoides no sobreviven al cabo de algunas horas en el moco del cuello del útero de la mujer. El uso en infertilidad sin causa aparente no es recomendado ya que los resultados positivos son muy bajos, denotando que la relación sexual en esos casos es tan eficiente como la inseminación. Se utiliza también cuando se realizan tratamientos con semen de donantes.


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