VOLVER AL DEPORTE LUEGO DE UNA LESIÓN COMPLEJA

La rehabilitación luego de una cirugía de ligamento cruzado anterior es una de las más de más difíciles. El objetivo es que el deportista regrese a los niveles previos a la lesión.

La lesión de ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las más complejas y desafiantes a la hora de rehabilitarlas. Este proceso comienza con la cirugía y culmina cuando el deportista regresa a los niveles de entrenamiento y competencia previos a la lesión.

Luego de la cirugía del LCA, la kinesiología aborda al paciente de manera inmediata con el tratamiento post operatorio para reducir la inflamación y el dolor; pronto se encarga de devolverle al paciente la movilidad articular normal para posteriormente recuperar la fuerza muscular y la propiocepción perdidas.

En la mayoría de los casos los pacientes son dados de alta para retomar sus actividades deportivas entre los 6 y 8 meses del post quirúrgico.

Hoy la evidencia científica nos permite conocer que de ellos, el 50% no retorna a su deporte por temor a una recidiva, por inseguridad o porque siente que su rodilla no está en condiciones de responder frente a las demandas del deporte, aun cuando la cirugía y la rehabilitación hayan sido exitosas.

Y de aquellos que regresan a la actividad competitiva, un 12% aprox. puede sufrir una segunda lesión. Las mujeres se llevan la peor parte, tienen 4 a 6 veces más riesgo de sufrir una segunda lesión que sus pares masculinos.

¿Qué predispone a padecer una segunda lesión? Son varios factores: la superficie de juego, el calzado, la falta de control dinámico del valgo de rodillas, una mala técnica en la recepción del salto, un déficit en la amortiguación de las caídas, el desbalance de fuerza entre cuádriceps e isquiosurales, la fatiga neuromuscular, entre otras.

Para minimizar este riesgo y permitir una adecuada reincorporación al deporte, en muchos centros de medicina del deporte del mundo se han incorporado programas para garantizar esta transición paciente-deportista de manera segura y controlada.

Esta etapa es conocida como periodo de vuelta al campo en donde los pacientes operados de LCA comienzan de manera progresiva a incorporar gestos propios de cada deporte: aceleración, frenado, cambios de dirección, saltos, con o sin elementos a fin de reprogramar el engrama motor que ha sido alterado por la lesión y corregir la biomecánica de los gestos deportivos.

Se trata de una propuesta dinámica y versátil de ejercicios de fuerza, propiocepción, agilidad, resistencia, potencia y flexibilidad generales para la recuperación de la lesión, que se adaptan a las particularidades de los pacientes y que finaliza con los requerimientos específicos del deporte.

¿En qué consiste el programa? Se realiza una evaluación funcional y biomecánica del paciente para detectar déficits de fuerza, estabilidad, propiocepción y control motor, además se valoran patrones de movimientos funcionales con el objetivo de corregir alteraciones motoras en los gestos deportivos.

En base a dicha evaluación se trabaja sobre los puntos débiles y se potencian los fuertes, desarrollando contenidos específicos del entrenamiento, protocolizado en etapas de menor a mayor dificultad y exigencia.

Se enfatiza en la corrección de la técnica de carrera, del salto, de los cambios de dirección y frenado a la vez que se desarrollan las cualidades físicas propias del deporte. En la última etapa del programa se incorporan ejercicios competitivos para cada deporte con el objetivo de vivenciar en un entorno seguro y controlado la realidad de cada disciplina.

Al finalizar el programa se reevalua para otorgar el alta definitiva y permitir al deportista una vuelta al campo de juego de manera segura, minimizando el riesgo de recidivas.

El deportista estará en condiciones de reincorporarse a la preparación física y técnica junto con sus compañeros de equipo, para comenzar una puesta a punto según el calendario de competencias.