La Conjuntivitis y el verano
Dr. Alvaro Suarez Villalobos. Oftalmólogo. Especialista en Retina. GO Oftalmología.
Principales síntomas y conductas para evitar el contagio
La conjuntiva es una membrana fina transparente, muy vascularizada que recubre la cara interna de los parpados y la porción blanca del globo ocular. La inflamación de la misma recibe el nombre de Conjuntivitis.
Si bien existen muchos tipos de conjuntivitis, entre ellas alérgicas y químicas, la que predomina en el verano es la infecciosa, sobretodo la ocasionada por virus, siendo el adenovirus el más frecuente. Si bien es una conjuntivitis que se encuentra durante todo el año, en los veranos la transmisión se incrementa por el uso compartido de las piscinas.
Es un virus muy contagioso, que tiene una incubación (periodo entre el contagio y aparición de los síntomas) entre 5 a 12 días y de infección de 10 a 14 días desde la aparición de los síntomas.
El cuadro clínico es caracterizado por:
- Inflamación de los párpados
- Presencia de secreción de tipo blanquecina-transparente
- Ojo rojo
- Sensación de tener un cuerpo extraño
- Ardor
- Puede asociarse a agrandamiento de los ganglios preauriculares (delante de las orejas) y congestión nasal.
En general, suele comenzar primero por un ojo y luego afectar el ojo contralateral.
La forma de prevenir y disminuir la transmisión es a través del aislamiento laboral, evitar compartir toallas, vasos, platos, elementos que se comparten diariamente en sí, lavado de manos con jabón o alcohol, evitar asistir a piscinas y reuniones familiares/amistades.
En caso de presentar dicho cuadro, lo conveniente es asistir a su oftalmólogo de cabecera o de guardia, ya que pueden ser otros tipos de conjuntivitis o afecciones que siempre hay que descartar para evitar males mayores.
El tratamiento va dirigido a disminuir la sintomatología, no a eliminar el virus ya que los tratamientos con antivirales no son útiles en estos casos.