Traumatología Martes 08 de Marzo

¿Cuál es el calzado ideal para cuidar nuestros pies?

Dra. Carla Bartolucci, Especialista en Pie - Sanatorio Mapaci

El zapato más adecuado debe cumplir la función biomecánica del pie en forma eficiente, debe ser confortable y fácil de usar.

Una consulta muy común en consultorio es acerca del calzado adecuado a utilizar. Ante esta pregunta es necesario recordar la anatomía y la función del pie, una función múltiple que  participa tanto en la locomoción, en el desplazamiento, en el equilibrio y la amortiguación durante la marcha. Por todo esto, la anatomía del pie es una de las más complejas del cuerpo humano.

Cada pie tiene 26 huesos que forman la bóveda plantar que sirve para soportar la carga del peso corporal al igual que los colosales arcos desarrollados por los antiguos romanos. Este conjunto arquitectónico que conforman los elementos óseos y ligamentosos del pie alcanza su morfología normal a los cuatro años de edad aproximadamente.

Otra parte  de la respuesta a esta consulta consiste en definir cuál es nuestro tipo de pie y si éste presenta alguna patología. Sintéticamente, podemos decir que se distinguen tres tipos de pies teniendo en cuenta la forma y tamaño de los dedos:  

  • Pie egipcio: El 2º dedo del pie es más corto que el dedo del grande pie (70 % de la población).
  • Pie griego: El 2º dedo del pie es más largo que el dedo grande del pie (20 % de la población).
  • Pie cuadrado: Todos los dedos del pie tienen la misma longitud (10 % de población).

El calzado nació con una función de protección del pie de las inclemencias climáticas y del terreno pero con el paso del tiempo tomó un claro protagonismo cultural que hoy es clave en la estética y simbología de nuestra sociedad.

El ideal de calzado es el que se adapte a cumplir la función biomecánica del pie en forma más eficiente. Además  debe ser confortable y fácil de usar.

Las partes del zapato a tener en cuenta para seleccionar el calzado acorde para nuestros pies son:

  • Horma: Es un molde tridimensional con la forma del pie humano y corresponde al volumen interior y la forma exterior del calzado.
  • Contrafuerte: Pieza que refuerza el calzado por la parte del talón.
  • Pala o caja: Parte superior del calzado, que cubre el pie por encima.
  • Suela.
  • Taco. 

Entonces, para elegir el zapato perfecto para uso diario debemos tener en cuenta varios detalles. Un consejo popular que probablemente nos ha repetido como el tip de la abuela es probarse el calzado al final del día cuando los pies están inflamados por diferentes causas (como permanecer períodos prolongados de pie, sobrepeso o ingesta de de estrógenos o algún otro medicamentos entre otras).

Independientemente de la estructura ósea y de la musculatura que posean, dos pies con la misma longitud pueden tener un ancho diferente. Es importante recordar que nuestros dos hemicuerpos no son simétricos en su totalidad por lo que a menudo un pie es más grande que otro. En cuanto al calzado en sí, hay que recordar que el tamaño varía en cuanto a la marca y estilo del mismo por lo que es importante medírselo en los dos pies tanto estando sentados como parados ya que al cargar peso también varia la forma del pie.  

Además estando parados, el calzado debe presentar un espacio extra en el largo de 1,5 cm aproximadamente, con la finalidad de que los dedos no estén apretados y para que el pie no pierda movimiento.  El interior del cazado debe ser suave y acolchado sin costuras que provoquen roces que pueden producir diferentes lesiones por fricción como ser las ampollas. 

Las ojotas son un calzado que no están diseñadas para uso prolongado ya que al estar desprovistas de toda sujeción para el pie pueden provocar sobrecargas al requerir más esfuerzo del  pie en el equilibrio. También es necesario señalar que usando tacos se modifica el centro de gravedad ya que se ubica en sitio diferente a la pelvis.

Cómo elegir un calzado adecuado a ciertas patologías

Existen características del calzado recomendables para la patología específica del pie. Como ser en el pie plano es recomendable un contrafuerte resistente así como una capellada alta, una horma amplia y un ajuste acordonado. En el pie cavo además de lo citado anteriormente se indica una suela de buen espesor y amortiguación.

En hallux valgus o juanetes, así como en dedos martillo o en garra, es conveniente que la horma sea ancha y la caja alta para que de esta forma se evite el roce. En pacientes con hallux rigidus es preferible una horma amplia y caja alta así como también una suela rígida y de buen espesor para evitar demasiada movilidad en la articulación del dedo gordo. En las metatarsalgias se debe evitar el uso de taco excesivamente alto para evitar la sintomatología y con una suela de buen espesor se mejora la amortiguación.

Una patología muy frecuente como es la fascitis plantar es aconsejable el uso de un taco no mayor de 4 cm y un contrafuerte rígido que ayudan a  alinear el retropié así como una suela con buena amortiguación.

Por último, y no por esto menos importante, debemos tener en cuenta que el calzado tiene un periodo de vida. Con el uso el zapato pierde su capacidad de absorción de impacto y el soporte necesario para el andar cotidiano. Por esto es importante cambiarlos regularmente teniendo en cuenta no solo el diseño y la moda sino también valorando nuestros pies.


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