Las lesiones: el lado “oscuro” del deporte

Recomendaciones para realizar una práctica deportiva segura y saludable.

Mediante la práctica de deportes y actividades físicas podemos entretenernos, hacer amigos, permanecer en forma, bajar de peso, mejorar la velocidad y resistencia física, sumar beneficios para el individuo como para la sociedad. Las actividades deportivas reducen el riesgo de mortalidad, previenen las enfermedades coronarias, el cáncer de colon, la obesidad, la diabetes, la hipertensión, la depresión, y la ansiedad, entre muchas otras 

Los deportes en general son actividades relativamente seguras pero no deja de tener un “lado oscuro”: el de las lesiones, tanto en el aficionado como en el profesional. Sin embargo, la posibilidad o el riesgo de sufrir una lesión deportiva no es razón para no ejercerlas.

El factor determinante del riesgo de lesión es la naturaleza de la actividad, siendo los deportes de contacto los de mayor riesgo, lo que obliga a quienes los practican a tomar ciertas medidas para poder realizarlas con la mayor seguridad posible.

Prevenir las lesiones deportivas y disminuir sus consecuencias (tiempo de reposo, recaídas, reincorporación a la actividad deportiva, secuelas tanto físicas como hasta psicológicas), constituyen los objetivos de las diferentes disciplinas que trabajan entorno a la actividad física y el deporte (Traumatología, Cardiología, Deportología, Kinesiología, Nutrición, Preparación Física, etc. 

Los factores causantes de las lesiones pueden dividirse en dos grandes grupos:

• Factores externos (tipo de deporte, elementos deportivos, estado del terreno de juego, condiciones ambientales, estación del año, posición en el equipo, nivel de competición, rivales sin el criterio del “fair play”, etc.) 

• Factores internos (fisiológicos, biomecánicos y psicológicos. Por ejemplo: edad, antecedentes de lesiones, falta de entrenamiento físico, técnica deportiva, fatiga, nutrición-hidratación inadecuada, falta de motivación o motivación excesiva con sobreesfuerzos y/o abusos deportivos, estrés psicosocial, anormalidades anatómicas, etc.). 

Las lesiones en general pueden interferir en el proceso de entrenamiento, en la mejora del rendimiento físico, dejar secuelas y algunas veces obligan a abandonar la práctica deportiva. 

¿Cómo prevenirlas? 

En cualquier deporte y actividad física, es necesario (o debería decir OBLIGATORIO) la evaluación y revisación médica completa. La mayoría de las evaluaciones médicas para deportistas incluyen control y examen cardiovascular- respiratorio, oftalmológico, oído-nariz, abdomen, evaluación y examen ortopédico de las articulaciones, huesos y músculos, así como también la medición de la altura, el peso corporal, asesoramiento nutricional con mediciones antropométricas, diagnóstico por imágenes, estudios complementarios, exámenes sanguíneos y orina. Estos controles revelan puntos fuertes y débiles del físico de cada individuo.

Otra de las claves es entrenar periódicamente con intensidades progresivas y acordes a las edades y competencias. Por ejemplo: el fútbol es un deporte aeróbico y anaeróbico, por lo tanto las sesiones deberán combinar ambos modos de entrenamiento, que será planificado y controlado por un preparador físico. 

Antes de cada práctica deportiva se debe realizar precalentamiento y elongación muscular. Los músculos “fríos” son más propensos a sufrir lesiones. Además, se activa la mente, músculos, articulaciones y sistema cardio-respiratorio. Recomendamos ejercicios de intensidad progresiva, por ejemplo: trote, giro de caderas, movimientos de brazos, saltos, alargues, etc. 

Por otra parte, al finalizar el ejercicio se deben realizar movimientos de “vuelta a la calma” o “cooldown” con elongación muscular de todos los grupos para favorecer la flexibilidad. 

Entrenamiento neuromuscular y la técnica deportiva 

Los ejercicios que ayudan a desarrollar el control neuromuscular y aumentan la estabilidad articular son muy importantes para el acondicionamiento físico y fundamentales para la prevención de lesiones deportivas. Diferentes estudios demuestran que los programas de entrenamiento neuromuscular y propioceptivo tienen un gran impacto en la prevención de lesiones de rodillas, tobillos y hombros. 

La adecuada técnica deportiva mejora la performance y reduce el riesgo de lesiones. Incluye el uso del equipo correcto en las distintas disciplinas. Por ejemplo: grip y peso de raquetas de tenis, el uso de manoplas en natación, postura-altura posición de asiento de bicicletas etc.

Otros consejos a tener en cuenta

Controlar la superficie del terreno de juego. Los pozos y agujeros en las canchas deben ser rellenados y las piedras removidas. Los terrenos duros como muy blandos, pueden ser peligrosos si no usamos el calzado correcto.

Condiciones ambientales. En ambientes cálidos usar ropa de color claro, suelta y liviana. En ambientes fríos se recomienda el uso de ropa térmica bajo el uniforme deportiva colabora a mantener el cuerpo a una temperatura adecuada.

Estar preparados para situaciones de emergencias. Tener un sistema simple y claro para dar aviso al personal médico en casos de traumatismos de cráneo; luxaciones; heridas cortantes; fracturas; etc. 

“Ante cualquier duda consulte a su médico”… Siga las recomendaciones. Volver a las actividades deportivas mucho tiempo antes de lo indicado aumenta el riesgo de reincidir en nuevas lesiones que posiblemente sean mas graves. Y siempre recordar: “la lesión mejor tratada no es aquella en la que se acortan los plazos de convalecencia y minimizan las secuelas, sino aquella que no llega a producirse”.

Elementos de protección

Para evitar las lesiones se debe tener especial cuidado en la elección de los elementos de protección. 

Protector bucal: Debe ser usado cuando exista riesgo de colisión con personas u objetos

Cascos no rígidos para el rugby: Previenen laceraciones en oídos y cuero cabelludo

Cascos rígidos para ciclismo, motociclismo, skate, hockey, equitación: Reducen el riesgo de lesión craneana.

Vendaje funcional, Tapping, Estribos: Reducen lesiones de alto riesgo y son de gran utilidad para prevenir recurrencias de lesiones.

Protectores de hombro para el rugby: Disminuyen la incidencia de lesiones en los tejidos blandos por el impacto directo.

Canilleras: reducen la fuerza del impacto directo sobre la región anterior de la pierna.