Esclerosis Múltiple: síntomas y perspectivas
Dr. Axel Beinlich, de los Servicios de Neurofisiología y Neurología de Grupo Gamma
Una enfermedad cuyos signos son variables. Los tratamientos buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad crónica del sistema nervioso central donde se altera la transmisión de los impulsos nerviosos en el cerebro, medula espinal y los nervios ópticos. Su nombre deriva del griego “scleros” que significa cicatriz y múltiple porque estas cicatrices van apareciendo con el tiempo en distintos lugares de las regiones antes mencionadas.
Hasta el momento se desconoce la causa pero se sabe que es una enfermedad autoinmune. Por algún motivo desconocido, nuestro sistema inmunitario ataca nuestra propia mielina (vaina que cubre los nervios del sistema nervioso central) dañando la transmisión nerviosa. También se sospecha que intervienen factores ambientales porque su frecuencia aumenta cuanta más alejado estemos del ecuador. O sea que es más frecuentes en países templados como los de Europa, norte de América y Asia, Oceanía y el Cono Sur.
Los síntomas de la enfermedad son muy variables e impredecibles dependiente de que áreas fueron afectadas en cada brote
La Esclerosis Múltiple afecta principalmente a adultos jóvenes de raza blanca de entre 15 y 50 de edad. Según su evolución hay cuatro variedades. La más común es la remitente recidivante que evoluciona en brotes seguido por periodos de mejoría. Las otras tienen un carácter de curso también progresivo pero sin pausas.
¿Cómo detectarla?
Los síntomas de la enfermedad son muy variables e impredecibles dependiente de que áreas fueron afectadas en cada brote. No hay dos personas con esclerosis múltiple que presenten exactamente los mismos síntomas. Estos pueden ser trastornos sensitivos, de la coordinación, del equilibrio, visuales, esfinterianos, cognitivos, debilidad muscular o fatiga severa.
No existe un estudio único que haga el diagnostico sino que el neurólogo debe analizar un conjunto de estudios para reafirmar y también descartar enfermedades parecidas. A veces no se puede llegar al diagnóstico y solo el tiempo lo hará porque otra característica de esta enfermedad es que evoluciona en el tiempo. Si hay evidencia de un solo brote no es diagnóstico de esclerosis múltiple.
En cuanto al tratamiento, no podemos hablar actualmente de una cura pero sí hay una disposición de varios medicamentos, ya sea para tratar cada síntoma en particular, así como también para frenar y alterar, el curso de la enfermedad, mejorando la calidad de vida.
En los últimos años ha habido un gran avance en cuanto a recursos terapéuticos y existe un número importante de medicamentos en fase experimental que estará disponible en los años próximos. El futuro es esperanzador.