Las quejas de memoria
Dra. Gabriela Maria Di Renzo - Psicóloga. Psicogerontóloga - Instructora método UMAM
La pérdida de memoria en los adultos mayores es una preocupación frecuente en toda la población.
Los trastornos de memoria constituyen, generalmente, un síntoma más dentro de una constelación de otros síntomas. A veces, son un síntoma de comienzo de algunas patologías y en otros casos son un síntoma que, por su importancia, configura todo un cuadro como sucede en los síndromes amnésicos (por ejemplo el síndrome de Korsakoff, causado por la falta de tiamina que se produce por el consumo excesivo crónico de alcohol).
Cuando se produce un deterioro en la memoria éste sigue, normalmente, un patrón determinado. La alteración comienza por los sistemas de memoria más complejos que exigen mayor demanda de recursos cognitivos. Las memorias que se alteran más tardíamente son las más automáticas y que requieren menor implicancia.
Con respecto a los adultos mayores la pérdida de memoria es una queja frecuente en esta población. Esto sucede porque, probablemente, dichas alteraciones aparecen y se percibe más claramente, lo que no ocurre con otras alteraciones, como por ejemplo las de la atención o las visuoespaciales. Las quejas de memoria se han hecho "populares", aunque a veces son, en primer lugar, problemas de atención u de otros factores (percepción, comprensión, etc.).
Para las personas de edad, estos problemas de memoria generan situaciones conflictivas porque interfieren en su vida cotidiana y en definitiva en su calidad de vida.
Hoy se admite la existencia de múltiples hipótesis que, desde diferentes perspectivas, explican el deterioro de la memoria de los mayores. De esta manera nos encontramos con:
Variables orgánicas (disminución en las conexiones dendríticas, descenso de algunos neurotransmisores)
Sociales (aislamiento social, estereotipos)
Psicológicas (personalidad, motivación)
Sociodemográficas y sanitarias (educación, calidad de vida).
Estas variables interactúan en cada sujeto de manera diferente y debemos tenerlas en cuenta en la valoración de cada persona.
Además hay una entidad que cobra cada vez más importancia: la pérdida de memoria asociada a la edad. Esta alteración, que no es debida a ningún trastorno mental orgánico ni psicológico, es objeto hoy de numerosas de investigaciones.
Entrenar la memoria
Actualmente está comprobado que la memoria puede mejorar mediante el entrenamiento sistemático. Esto es debido a cuatro factores:
1- La reserva cerebral, que es la parte del cerebro que habitualmente no está en función
2- La plasticidad neuronal, que es la posibilidad de modificación que poseen las neuronas y células del sistema nervioso
3- La neurogénesis, es decir la formación de neuronas nuevas
4- La capacidad de aprendizaje debido a los factores anteriores.
Esta mejoría importante sucede no solo en el caso de personas mayores sino también en personas con alteraciones cerebrales. También está demostrada la permanencia en el tiempo del efecto beneficioso del entrenamiento.
En función de esta eficacia real han aparecido talleres y programas de entrenamiento de la memoria, grupales o individuales, que se utilizan tanto para la población sana como para personas con trastornos orgánicos específicos.
