¡Llegaron las vacaciones!
Mariana Amicone - Psicóloga
Cómo convertir este momento en una oportunidad para el encuentro familiar.
En este momento del año una de las preguntas que nos solemos hacer es qué hacer con los más pequeños de la casa. Cómo organizar los horarios y cómo cambiar la cotidianeidad de estos meses en los que no concurren al colegio.
En principio considero importante que podamos correr de lugar esto que suele presentarse como una gran preocupación, de manera que se convierta en una OPORTUNIDAD.
¿Cómo lograrlo? Tomando como premisas los siguientes puntos:
- Afianzar la comunicación en la familia.
- Realizar trabajos que sean más cooperativos y en equipo, que contribuyan a que los pequeños tomen hábitos de responsabilidad y cooperación.
- Educar para la óptima convivencia. El tener más tiempo será lo que nos propicie generar un ambiente familiar en donde haya tanto pautas como encuentros en función del amor.
En realidad es un momento para reforzar todo lo inherente a lo afectivo en tanto tenemos más tiempo para compartir con los niños y es ahí donde habrá que pensar qué actividades son las que podemos hacer juntos estas vacaciones.
Lejos de las obligaciones y de las corridas de todo el año, el verano nos da la chance de hacer otras cosas para las que por lo general no tenemos tiempo. En esta época podemos relacionarnos con los niños desde otro lugar, compartiendo momentos de recreación y diversión, en familia. Por ejemplo, podemos cocinar un día todos juntos los que más les gusta comer. La cocina es algo que a los niños los distiende y les permite crear y disfrutar junto a sus padres de una actividad que está reservada para los más grandes. Así puede jugar a ser cocineros.
Otra opción es practicar un deporte juntos, ese que durante el año no pudieron practicar. De esta manera vivencias esa actividad de una manera diferente, junto a sus padres.
Hay padres que son fanáticos de las actividades artísticas, tela, teatro, pintura, canto o música, que también son muy propicias para compartir con los niños, ya sea a través de la práctica de algunas de esas actividades o compartiendo la visita a una muestra o exhibición teatral.
Otra pregunta que nos solemos hacer en este momento es: ¿Qué pasa con la rutina? ¿Se deben respetar algunas pautas en las vacaciones?
Es necesario que el niño continúe con algunas pautas como el horario de la comida, esté informado de las actividades que realizará esa semana, que pueda el también ser parte de cómo se estructuran los días de sus vacaciones. Aquí es importante escucharlos en función a cuáles son sus deseos y los dos padres decidir en relación a lo que les parece pertinente que realice.
Una rutina que puede y debe ser más flexible es el horario en que se levantan, no tienen que asistir al colegio y los horarios tan demarcados es algo que los cansa y los estresa.
Sin embargo, ellos necesitan continuar con el orden y la organización de su vida familiar, descansando, jugando y sobre todo usando el mayor tiempo posible en jugar y compartir con sus amigos y sus familiares estos días que serán de puro disfrute.
Como premisas:
- Los niños deben descansar de las obligaciones escolares y de los horarios establecidos por las mismas.
- Alternar espacios de juego y de recreación en casa, el club o la casa de los amigos.
- Los adultos deben escuchar lo que ellos proponen para hacer en sus vacaciones, evaluarlo, charlar con ellos para manifestar su acuerdo y, de no ser así, explicarles por qué no pueden llevar a cabo tal o cual actividad.