Enfermedades del Cuerpo y Salud Mental
Marcelo Etchepare - Psicólogo
Una causa psíquica puede dejar sus marcas en el cuerpo
En términos históricos hace poco tiempo se ha retomado el Modelo biopsicosocial para el entendimiento y tratamiento de enfermedades, pero durante varios siglos el concepto de enfermedad era reduccionista entendido únicamente desde el campo biológico, tanto para el diagnostico como para su tratamiento. Desde la antigüedad Platón, Hipócrates y muchos otros daban cuenta de esta unidad; la conocida expresión “Mente sana en Cuerpo sano” hace referencia a esta conexión y multi causalidad en un proceso de enfermedad.
Uno de los grades motivos para tratar un afección al cuerpo solo desde lo biológico fue la visión materialista y la dificultad de investigación en el campo de las ciencias humanas y sociales. Solo se tomaba en cuenta aquello que se pudiera ver, medir, contabilizar de manera tangible. Otros motivos fueron de índole política, religiosa, ideológica, comercial inclusive por la limitación a los paradigmas de la época.
Un tipo de afección corporal muy singular es la llamada “conversiva”, donde no existe registro de lesión de ningún tipo, es decir no hay algo biológico que intervenga en ningún proceso. Dolor de cabeza, dolores en general, parálisis de algún tipo, ceguera, etc. La persona (el psiquismo) “convierte” en una vivencia imaginaria solo desde lo psicológico, un conflicto que se encuentra en el inconsciente. El sujeto registra un malestar sin que exista una lesión que lo provoque. Los síntomas de conversión expresan a través del cuerpo representaciones reprimidas, es decir inconscientes.
El sujeto registra un malestar sin que exista una lesión que lo provoque. Los síntomas de conversión expresan a través del cuerpo representaciones reprimidas, es decir inconscientes.
Otro tipo de afección corporal son llamadas “Enfermedades Psicosomáticas” donde hay efectivamente un trastorno orgánico en el cuerpo, cuya causa es psíquica. Comúnmente se las suele denominar “de origen nervioso”, aunque no tiene que ver con los nervios en si, sí los “nervios” pueden tener el mismo origen, que al no ser registrados, terminan expresándose en el cuerpo. En otras palabras algo que sucedió en la historia vivenciada no ha sido simbolizado - habría en el cuerpo alguna parte resistente a la simbolización- y no se pudo inscribir en la historia del sujeto por lo tanto queda estancado en alguna zona de el cuerpo.
Los pacientes con fenómenos psicosomáticos recuren médico tras médico, tratamiento tras tratamiento al encuentro de una solución por el problema que los aqueja, tratando de mejorar o controlar la enfermedad pero esta resiste al tratamiento, a los medicamentos porque el origen de la misma se encuentra mas allá de lo que se ve. Es un jeroglífico a descifrar.
La dificultad a tener en cuenta en este tipo de tratamiento es que el sufrimiento, la marca, pasa por el cuerpo, por lo tanto es factible que al paciente se le haga dificultoso encontrar algún tipo de nexo de origen psicológico y que la resistencia sea doblemente intensa, por un lado en el tratamiento, por el otro a concebir que la afección es de origen Psíquico (inconsciente) con base Biológica.
El inconsciente es el gran reservorio de nuestra historia que no tiene acceso a lo consciente porque cierta represión se lo impide. Hay un saber que no sabemos y que no podemos dar cuenta, pero que interviene en todo momento, aún en procesos de enfermedad, curación y tratamientos. Nuestro inconsciente está vivo y presente, nos lo hace saber a menudo de diversas maneras, ahí donde no nos damos cuenta, hasta que tropezamos con el, en actos fallidos, sueños, equívocos, olvidos, síntomas, fenómenos, etc. Es necesario escucharlos, verlos, comprenderlos y de esta manera evitar que conflictos del pasado que se hacen presentes en el presente afecten de manera negativa en nuestra salud y en nuestra vida cotidiana.
